2. La verdad está en las leyes de la naturaleza¶
En mi búsqueda del origen de la enfermedad, quería basarme en algo absoluto e indiscutible, que no pudiera ser negado. Para ello, necesitaba un criterio claro que me guiara. Básicamente, hay dos tipos de información que las personas pueden percibir:
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Por un lado, hay información que se explica por sí misma. Es evidente por sí sola y, por lo tanto, no requiere interpretación. Esta información está representada por objetos, estructuras, funciones y medios. Por ejemplo, el fenómeno de la congelación del agua no puede cuestionarse y se explica por sí mismo. Las leyes de la naturaleza se demuestran por sí mismas. Toda esta información objetiva se aprende tal cual, porque es cierta. No necesita ser específicamente probada.
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También hay información que necesita ser interpretada. Se trata de imágenes, palabras, gestos y acciones. Por ejemplo, al leer un libro, un estudio o al hacer una investigación, la información admite distintas interpretaciones. Es decir, las interpretaciones son necesarias para determinar si las afirmaciones son ciertas y satisfacen la necesidad de verdad del individuo. Los seres humanos sólo creemos y aceptamos la información si la consideramos verdadera. No aceptamos la información que consideremos incorrecta. Tomamos nota de la información, pero no actuamos consecuentemente con ella.
La verdad está en la base de la existencia de cada persona. El ser humano no puede -y esto no es una cuestión de voluntad- aceptar una información que no cree verdadera. Uno sólo puede aceptar una mentira si la considera verdad. En consecuencia, el hombre necesita una unidad de medida estándar absoluta, inmutable e invariable para evaluar correctamente la información. Por supuesto, también puede utilizar un estándar cambiante y móvil, pero en este caso su conclusión es incierta y puede crear grandes dificultades. Más adelante entraré en detalles sobre el proceso de registro de información.
En primer lugar, las dos unidades de medida diferentes son:
1. El estándar objetivo (algo inmutable que no está sujeto a cambios):
- La ley fundamental de la naturaleza, de causa y efecto, que no puede ser anulada en ningún momento por ninguna circunstancia;
- La composición de un elemento, su estructura, la secuencia de sus componentes dentro de la unidad básica estructural.
- La función de un elemento está fijada desde el principio y corresponde a la construcción de cada elemento;
- Las necesidades básicas de cada elemento y de cada ser vivo, que no pueden cambiarse y están establecidas desde el principio.
2. El estándar subjetivo (algo cambiante que no siempre permanece constante):
- El idioma y la gramática difieren de una cultura a otra;
- Opiniones mixtas entre expertos, científicos y otras personas;
- Información previa existente que ya se cree verdadera.
En lo que se refiere al ser humano, sólo el estándar objetivo puede servir para encontrar realmente la causa de la enfermedad. Puesto que la vida y la salud son cuestiones objetivas, no debe utilizarse una unidad de medida cambiante o estándar subjetivo. Al fin y al cabo, si en la construcción de una casa se utilizan estándares de medida fijos e inmutables como el metro y el kilogramo, con mayor razón debemos usar una unidad de medida fija cuando se trata de algo mucho más importante: la propia vida.
¿Cuál fue la base de mi investigación? La ley básica de causa y efecto, el conocimiento de la naturaleza humana - estructura, funciones y necesidades básicas. Mis conclusiones en este libro se basan en estos factores invariables.
La "ley fundamental" de la naturaleza
El universo es inmenso. Sin embargo, podemos comprender los principios generales básicos a través de lo que experimentamos y con nuestros sentidos. A través de mi investigación, he encontrado una conexión que yo llamo la "ley fundamental del universo". Todos los elementos del microcosmos y el macrocosmos sólo pueden funcionar bajo esta ley. Se trata de dos principios sencillos y fáciles de entender. Esta ley establece que nada existe ni funciona por sí mismo y nada está hecho para sí mismo (para su propio beneficio).
A la izquierda de la imagen anterior leemos que: "Nada puede existir o funcionar por sí mismo" lo cual describe una dependencia inevitable y constante de otras cosas o personas. Por ejemplo, una tablet no puede funcionar sin electricidad. Por lo tanto, la electricidad consumida es lo que hace que la tablet funcione y representa así la causa de la función. Paralelamente, a la derecha de la imagen leemos que: "Nada puede hacer algo para sí mismo", lo cual representa el efecto y nunca se refiere al canal en sí. La tablet del ejemplo representa el canal y cumple algún propósito, pero no está ahí por sí misma y no puede hacer nada para sí misma.
De estos dos principios se deduce que cada elemento, hasta el nivel más pequeño, funciona como un canal con una entrada y una salida. En la entrada, el canal tiene que "tomar" un combustible, por ejemplo la energía, utilizarla y, en la salida, "devolverla" modificada. Un canal no debe quedar bloqueado (o mantener retenido lo que tomó a la entrada), de lo contrario su funcionamiento se vería interrumpido o detenido.
El ser humano en su conjunto también puede describirse muy apropiadamente como un canal. Se compone de muchos elementos individuales, cada uno de los cuales funciona como un canal más pequeño. Una enfermedad es un efecto y, como médico, tengo que averiguar cuál es la causa. Según la ley básica, ningún efecto puede surgir sin una causa. Este es un principio sencillo pero importante que no debe descuidarse.
Otro aspecto decisivo de la Ley Fundamental es que la causa y el efecto nunca pueden ser la misma cosa. Causa y efecto no coinciden. De donde el elemento toma, no puede dar. Siguiendo con el ejemplo, de donde se toma la energía, el mismo elemento no puede transmitirla. La separación de causa y efecto queda demostrada por el hecho de que la salida y la entrada de un canal se encuentran siempre en puntos o extremos opuestos. Por lo tanto, una causa no puede convertirse en un efecto. Algo que causa la enfermedad no puede ser la enfermedad misma. Si la causa pudiera coincidir con el efecto, entonces lo que causa la enfermedad podría ser la enfermedad misma, pero esto no es posible.
Sin embargo, lo que a veces lleva a la falsa conclusión de que la causa puede ser efecto es no tener en cuenta el hecho de que todos los canales están colocados uno tras otro y que, en un sistema común, un canal depende del correcto funcionamiento del canal anterior. Si un canal se bloquea afecta a todo el sistema. Si un canal, por ejemplo el estómago, sólo puede absorber parcialmente los alimentos, esto afecta a todos los canales posteriores del organismo. Si a la entrada, el estómago sólo puede absorber una pequeña cantidad al entrar, naturalmente sólo pasará una pequeña cantidad a la salida. Ahora se podría decir que la baja ingesta del estómago es la causa de las otras deficiencias del cuerpo. Pero entonces queda la pregunta de por qué se está viendo afectado el estómago. ¿Dónde comienza el proceso que posteriormente afecta a todo el organismo?
Otro ejemplo de que la causa y el efecto en un canal son siempre diferentes es el caso de la cadena de fichas de dominó. Están alineadas una detrás de otra y cuando se empuja la primera ficha, caen en orden. La primera ficha "toma" la energía (la causa) y la transmite al caer (el efecto). Si está cerca de otra ficha, ésta toma la energía y la transmite. Cada ficha de dominó hace lo mismo, toma de la ficha anterior y la transmite a la siguiente - y esto podría continuar eternamente si hubiera un número infinito de fichas de dominó en fila. La energía no se pierde, sólo se transforma. Vista como un canal único, cada ficha de dominó "hace" lo mismo, tomar y dar. Sin embargo, no devuelve nada a donde toma, sino que lo da a otra parte (a la siguiente ficha de dominó) y esto no puede cambiar. Por lo tanto, la causa está en el lugar de dónde toma energía la primera ficha de la cadena. Por eso era muy importante para mí reconocer en las personas el lugar de dónde se toma la energía y dónde se activa el primer canal.
Dado que todo está construido en forma básica de canal, es lógico que todo en un sistema sólo pueda funcionar bajo un principio de circuito. Si observamos nuestro sistema solar, reconocemos inmediatamente que todos los elementos de un circuito son interdependientes. El sol, la luna, la tierra y los planetas son interdependientes. En la Tierra, la interdependencia de todos los seres vivos y elementos se manifiesta en forma de ecosistema. El principio de circuito está presente en todas partes, por ejemplo en el movimiento del aire en forma de vientos a gran altitud o en las corrientes oceánicas.
Lo destacable de estos circuitos es que deben terminar donde inician, ósea, son circuitos cerrados. Por ejemplo, el ciclo del agua inicia en el mar y termina allí. En su largo recorrido por este circuito, el agua sustenta la vida de los seres humanos, las plantas y los animales. También tenemos muchos circuitos en nuestro cuerpo, por ejemplo, el sistema circulatorio, que inicia en el corazón y termina allí también.
Desde un punto de vista funcional, cada canal está diseñado para transmitir todo lo que ha tomado. ¿Qué pasaría si el estómago se guardara para sí mismo una pequeña parte de la comida? Moriríamos, al menos después de un cierto tiempo. ¿Cuánto oxígeno se guardan para sí mismos los pulmones durante el proceso de respiración? No guardan nada, porque en el caso de pulmones sanos todo el oxígeno pasa a la sangre. La ley y la estructura no permiten que funcione de otra manera. Y esto se aplica a todos los elementos, incluso a nivel celular. La naturaleza funciona según principios simples, hermosos y fáciles de entender, que pueden reconocerse si se observan o investigan con suficiente atención.